2009-04-14

El «material termítico» recientemente analizado es pintura

Steven Jones, Niels Harrit y varios colaboradores más han publicado un artículo, afirmando que ha encontrado termita entre el polvo del WTC.

La publicación

La novedad es que lo ha publicado en una «revista científica». Lo cierto es que el trabajo de Jones tiene ya más de un año de antigüedad. Si ha tardado un año en publicarlo es porque la única revista dispuesta a aceptárselo ha sido The Bentham Open Chemical Physics Journal, una revista cuya empresa editora tiene sus oficinas centrales en los Emiratos Árabes Unidos, que en poco más de un año de existencia dice editar hasta 200 revistas científicas, pero que en la revista que nos ocupa sólo ha sacado doce artículos en total: diez en 2008 y dos por el momento en 2009, contando el de Jones. Sobre el índice de impacto de tal revista, mejor ni hablar.

Cabe destacar este párrafo entre las instrucciones para el autor:

Authors may, however, provide in their Covering Letter the contact details (including e-mail addresses) of four potential peer reviewers for their paper.

Lo que viene a decir que el autor puede escoger al referee que le revisará el artículo. Poco serio, como mínimo.

Podría haber sido publicado en Chemical Physics, o en el Journal of Chemical Physics, o cualquier otra de ingeniería de materiales, revistas más serias e importantes, pero o a esas revistas no les interesó, o los autores no lo intentaron. Por supuesto, este hecho no debería devaluar la argumentación del artículo, pero deja en su contexto correcto la relevancia científica del trabajo de Jones et al.: es un artículo que pasará desapercibido entre los auténticos expertos en metalurgia, química o materiales.

El artículo

El trabajo de Jones se resume en los siguientes puntos:

- Jones et al. han obtenido varias muestras del polvo a través de diferentes personas que en su momento recogieron un poco, y lo han guardado seis o siete años. Algunos de estos restos de polvo se recogieron en lugares tan lejanos como el puente de Brooklyn.

- Las muestras consisten en una «esquirla» con dos capas: una de color gris o metálico, sobre la que hay otra de color rojo.

- Sometidas a un análisis de Espectroscopía de Dispersión de Energía de Rayos X (X-Ray Energy Dispersive Spectroscopy, XEDS), la zona gris contiene Hierro y Oxígeno. La zona roja contiene Silicio, Aluminio, Hierro, Oxígeno, gran cantidad de Carbono y, en algunos casos, restos de Zinc, Plomo, Cromo, y los elementos Calcio y Azufre que atribuyen a contaminación procedente del yeso que cubría las paredes del WTC.

- De un análisis por microscopía electrónica (Scanning Electron Microscopy, SEM) deducen que el Aluminio y el Silicio se concentran en «planos» u «hojas» de 1 micra de longitud x 40 nanómetros de espesor, mientras que el hierro está en forma de partículas de 100 nanómetros.

- Para descartar que se trate de pintura, sumergen las muestras en un baño de un disolvente orgánico. Tras el baño, la capa roja se «hincha» sobre la capa gris.

- De un análisis posterior de XEDS llegan a la conclusión de que el Aluminio se ha segregado y está en forma elemental, no enlazado a ningún otro elemento. Y como se halla mezclado con Óxido de hierro, la conclusión obvia de Jones et al. es que eso es termita, y no puede ser otra cosa más que termita.

- Un análisis posterior de Calorimetría Diferencial de Barrido (Differential Scanning Calorimetry, DSC) revela que cuando la muestra se halla a una temperatura entre 415°C y 435°C, reacciona de forma exotérmica, generando calor. La densidad de energía (KJ de energía por gramo de material) presente en algunas muestras, dice Jones, es en algunos casos superior a la de la termita, e incluso a la del trinitrotolueno (TNT).

- Tras llevar las muestras hasta 700°C durante el análisis de DSC, descubren que se han producido esferas de Hierro elemental.

- Al calentar una muestra con un soplete de oxiacetileno, dicen que ésta reacciona, y que incluso se ve una chispa o algo que aparece espontáneamente.

Todo esto le lleva a concluir que la esquirla se trata de un trozo de «nanotermita», compuesta por nanopartículas de Aluminio, que es más potente que la termita y que produce una ignición a menor temperatura, y que se aplicó sobre las columnas como si fuera pintura (el alto contenido de carbono denotaría el uso de un compuesto orgánico como disolvente líquido sobre la que se asientan las partículas de aluminio y oxido de hierro. Se habría aplicado a «brochazos» sobre las columnas).

Los fallos de la investigación

- El método de análisis empleado (XEDS) da información sobre los átomos que se hallan presentes en la muestra, pero no de cómo están enlazados. Un análisis de difracción de rayos X (XRD) sí hubiera dado esa información, que por ejemplo revelaría si el aluminio está en forma elemental como sostienen Jones et al. En realidad, la publicación de este artículo se retrasó a la espera de tener algún tipo de resultado por esa técnica u otra similar. Sin embargo, aún estamos esperando, y los autores anuncian en el artículo que «ya se publicarán esos datos» (si es que los consiguen alguna vez, aunque un mal pensado pensará que ya los tienen pero no dicen lo que esperaban que dijeran).

- Existe una correlación entre el Aluminio y el Silicio: ambos elementos se hallan en las mismas regiones. Sin embargo, Jones ignora el Silicio y no explica su procedencia en ningún momento. No es una contaminación, ni trazas, pues su señal no es residual sino que está a la altura de la del Aluminio. Asume que es termita, pero no explica qué pinta el Silicio en esa mezcla.

- Jones tampoco explica qué es la «capa gris», que es tan sólo Óxido de hierro. Dado que ahí no hay aluminio, no formaría parte de la «nanotermita», y actuaría como barrera que dificultaría el paso de calor de la reacción hacia la columna para fundirla.

- Jones debería explicar ese salto mortal entre identificar «planos» de Aluminio y Silicio de 1 micra de longitud, y 40 nm de espesor con su conclusión final de que había nanopartículas de Aluminio (típicamente, esferas de tamaños entre 1 y 100 nm).

- El baño en disolvente orgánico dice ser efectivo en pintura, y no en la esquirla. Sin embargo no dice en ningún momento en qué tipo de pintura (no es lo mismo Titanlux, que una pintura al agua, por ejemplo). Aún así, dice que la capa roja se ha levantado de la capa gris, lo que denota que algún efecto tenía el disolvente sobre la adhesión de la capa.

- La densidad de energía de las esquirlas no significa nada. La termita posee una densidad de energía de 3,9 KJ/g. El TNT, 4,1 KJ/g. Alguna de las muestras de Jones llegan a 7 KJ/g. Jones argumenta que una mayor densidad de energía significa que la muestra es más explosiva.

Sin embargo, otros compuestos como el papel presentan una densidad de energía de 16 KJ/g, y el carbón 30 KJ/g. Y éstos no explotan. La densidad de energía sólo cuantifica la cantidad de energía que se puede liberar, pero no dice en cuanto tiempo, que es lo que importa para las explosiones: liberar mucha energía a lo largo de mucho tiempo (como el carbón o el papel cuando arden, o la fisión del Uranio en centrales nucleares) no es lo mismo que liberar poca energía en muy poco tiempo (como una explosión de TNT).

Jones et al., al identificar su esquirla con «nanotermita» (termita hecha con granos muy finos de Aluminio y Óxido de hierro, del orden de nanómetros), se equivocan al pensar que el material es «más energético» que la termita convencional. Contiene la misma energía. La diferencia está en que la nanotermita reaccionaría más rápido y liberaría esa energía antes, siendo por tanto más potente, pero no más energética. Y que un físico como Jones cometa este error de conceptos tan básicos es para quitarle el título inmediatamente.

En este sentido, que las muestras sean más energéticas que la termita, lo único que quiere decir es que no es termita.

- Si Jones et al. sostienen que a 415°C hay ignición [sic] de su «pintura de nanotermita», deberían explicar por qué tuvieron que usar un soplete de oxiacetileno (usado habitualmente para cortar acero fundiéndolo) para ver algún tipo efecto (que en las fotografías del artículo es imposible apreciar). ¿Por qué no se calentó la muestra al aire libre para ver esa «reacción energética» a 415ºC? También, si las columnas estaban «pintadas» de nanotermita, ¿cómo fue que durante el incendio no se activaron, produciendo el colapso antes?

- De igual forma, deberían explicar cómo, siendo una capa tan fina (del orden del milímetro), además de un compuesto que ardería muy rápido, y por tanto se agotaría enseguida, esperarían calentar las columnas lo suficiente como para fundirlas y cortarlas, si no hay cantidad suficiente. De los datos de DSC, se deduce que las esquirlas proporcionarían 10 W por cada gramo de «nanotermita». Con esa potencia, asumiendo que el 100% de ella lo absorbe el acero, y que la columna no disipa posteriormente el calor por radiación, o conducción, se podría calentar a un ritmo de 22°C por segundo. Sin embargo, en una reacción de termita normal, 214 gramos arden en unos 15-20 segundos. La «pintura de nanotermita» no contiene tanta masa. Y además arde más rápido.

Concretamente, 1 gramo de la capa roja situado sobre 1 gramo de acero, liberando 10 W durante un segundo, ignorando la disipación de calor, subiría su temperatura en 22 grados. Sobre 2 gramos de acero, la subiría 11. Sobre 3 gramos, la subiría 7 grados, y así sucesivamente. Si la capa mide del orden de 1 mm de espesor y está puesta sobre una columna de acero, con un espesor del orden del centímetro, asumiendo densidades iguales, la masa del acero será 10 veces mayor, lo que quiere decir que 1 g de la capa roja actuando durante un segundo sobre 10 g de acero lo calentará en 2,2°C.

Incluso se puede calcular el tiempo que tardaría la capa roja en liberar toda su energía: 7 KJ/g, a un ritmo de 10 W/g, necesitan 700 segundos para completar la reacción. Esto son 11 minutos, lo cual indica que ese material no es explosivo y que su reacción es mucho más lenta que la de la termita. No es termita, y mucho menos «supernanotermita».

Menor cantidad + mayor rapidez = Menos tiempo dura reacción y menos tiempo calentando el acero, lo que implica que éste alcanza menos temperatura.

La «pintura de nanotermita» no sería suficiente para fundir el acero. Ni para calentarlo un poquito siquiera.

El NIST ya lo había investigado

Informe del NIST NCSTAR 1-3C - Apéndices

El NIST investigó columnas, vigas y conexiones recuperadas del WTC. Todas presentan una capa rojiza (Ver fotos del Apéndices A, B y C). Todas, por cierto, muestras signos de haber sido dobladas, aplastadas, etc... pero ninguna parece haber sufrido los efectos devastadores de la termita.

El apéndice D es el más interesante. Para examinar la temperatura que alcanzaron las columnas se guían por la pintura de las columnas. Esta pintura consistía en varios pigmentos óxidos en un líquido volátil. Es una mezcla cerámica que da cierta protección ante el fuego. La composición de esta pintura consta de Óxido de hierro, Zinc, Dióxido de silicio, Silicio diatómico y pigmento Tnemec.

El pigmento Tnemec [PDF], a su vez, contiene óxido de hierro, aluminatos y silicatos de calcio y compuestos de Zinc.

TODOS ESTOS COMPUESTOS APARECEN EN LOS ESPECTROS DE XEDS DE JONES ET AL.

Los análisis de la pintura les llevaron a determinar que ésta se agrietaba cuando la temperatura alcanzaba los 250°C. Cuando llegaba a 650°C , se formaba una capa oscura debajo de la pintura, que no es más que óxido de hierro, y empezaba a levantarse del acero. A 800°C, la formación del compuesto oscuro se aceleraba, y era muy sencillo que se desprendieran esquirlas.

ESTO EXPLICA LA APARICIÓN DE LA «DOBLE CAPA», Y CÓMO LAS ESQUIRLAS SE DESPRENDIERON Y LLEGARON TAN LEJOS CON EL POLVO.

También sometieron muestras de las columnas a un análisis térmico, similar al empleado por Jones et al. De igual forma, obtuvieron que alrededor de los 400°C, existía una reacción exotérmica. Lo mismo que obtuvieron Jones et al. La explicación es que las columnas, tras calentarse en los incendios y enfriarse posteriormente, cristalizan en formas metaestables, esto es, formas estables, pero que no son la que minimizan la energía potencial del cristal: contienen almacenada una pequeña cantidad de energía. Al calentar lentamente las muestras, estas formas metaestables puede liberar esa energía acumulada, dando un pico exotérmico, y recristalizando en un estado de menor energía.

EL PICO QUE EL NIST OBTIENE ES EQUIVALENTE AL OBTENIDO POR JONES Y NO CORRESPONDE CON LA IGNICIÓN DE TERMITA, SINO CON LA RECRISTALIZACIÓN DE ESTADOS METAESTABLES.

Resumiendo: Jones, Harrit et al. han publicado un análisis a un trozo de pintura de las columnas del WTC, y han concluido que es termita.

Pintura del NIST

Pintura analizada por el NIST

Fragmentos de Jones et al.

Fragmentos rojos y grises analizados por Jones et al.

Añadido 1/06/09

Tras la publicación del artículo de Harrit, Jones et al., la editora en jefe de la revista, Marie-Paule Pileni, dimitió de su cargo en esa revista, ya que el artículo se publicó sin que ella fuera informada de la existencia de dicho artículo, ni de que su proceso de revisión se estaba llevando a cabo.

Aquí está la versión original en danés de la noticia , y una traducción al español se puede leer gracias al traductor de Google.

Según dice ella literalmente, se sintió «apuñalada por la espalda», y cree que son motivos políticos los que han llevado a que ese artículo se haya incluido en la revista.

Entre las declaraciones de Niels Harrit en ese artículo, cabe destacar que reconoce saber quienes fueron las personas que revisaron el artículo, lo cual dice mucho (y muy malo) sobre el proceso de revisión que se siguió.

El rector de la facultad de Niels Harrit estaba igualmente incluido en el panel editorial de Bentham Open, e igualmente acabó dimitiendo.

Así pues, quedam todas las dudas despejadas respecto a la seriedad de la revista «científica».

Añadido 26/01/11

Y aún más sobre la seriedad de la publicación.

El Prof. David L. Griscom publicó en su blog una nota identificándose como uno de los revisores del artículo.

Esta persona, como revisor del artículo, debería ser una persona independiente y ajena al grupo de autores que remitieron el artículo a la revista. Sin embargo, en el propio artículo se puede leer en la sección de agradecimientos:

ACKNOWLEDGEMENTS

(...)

We thank David Griscom, Mark Basile, David Allan ...

(énfasis nuestro)

quedando así en evidencia la nula objetividad en el proceso de revisión. Por si fuera poco, David Griscom había publicado previamente en la revista editada por Steven Jones, Journal Of Nine Eleven Studies, un artículo defendiendo la tesis de la demolición controlada.

Actualmente, el Profesor Griscom defiende la hipótesis de que los pasajeros de los cuatro vuelos son parte de la conspiración. Según él, los aviones fueron secuestrados y llevados a bases militares, mientras que lo que impactó contra las Torres Gemelas y el Pentágono fueron aviones no tripulados.